jueves, 11 de agosto de 2011

El inicio de la "otra historia".

Subí siendo yo al avión. El yo actual y presente, el fruto del amor de mis progenitores y de mis circunstancias interpretables. Ese a quien los Andes le hipnotizaron desde que tenía uso de razón y que parece que fueron marcando el rumbo de mis pasos, de manera que llegué a la edad de Cristo consciente de mis razones, preñado de ideales, convencido del camino que transitaba. Y ahí hubo un nacimiento, que fue al tiempo, resurección.

En el avión, algo sucedió. En algún momento, dejé de ser yo mismo, el actual y presente, para ser ocupado por una esencia, una noción, o dos más bien, que venían de siglos y eras remotas.

Por un lado, uno de aquellos raros primeros conquistadores extremeños (PCE), desconocedor, que tiene los primeros contactos, las primeras nociones. Con el afán de conocer lo desconocido por él, y no por descubrir lo que ya había sido por tiempo descubierto.

Por el otro, el espíritu quijotesco del eterno caminante en su particular cruzada ("Don Migrante del Camino"- DMC), plagada de reflexiones sobre el propio ser (fuera de la realidad que le rodea incluso)

Y es así que a partir de ese momento, conviven en mí estas tres personas, que se alternan caoticamente la posesión de mis recuerdos, mis actos, y mis interpretaciones durante este viaje: por tanto un compendio de hechos, experiencias y creaciones que permitan unir tiempos, relatos, y ensoñaciones...

No hay comentarios:

Publicar un comentario